30 de septiembre de 2015

VIAJE: ARGENTINA, del 8 al 22 de febrero 2016

PROGRAMA

Lunes 8 de febrero
Salida a las 14,30 h. desde la plaza de Colón con dirección al aeropuerto de Madrid. Embarque en el vuelo regular de Aerolíneas Argentinas AR113302FEB 2 MADEZE  1910–h. (Madrid) 0420+1 dirección Buenos Aires. Comidas a bordo y noche en el avión.

Martes 9 de febrero
Llegada a Buenos Aires a las 4,20 h. local. Traslado al aeropuerto nacional para continuar viaje hacía Iguazú (AR1724 0805h.- 1000 h.) Traslado al hotel. A continuación salida hacia la Cataratas del lado brasileño y visita. Regreso a Iguazú. Cena bufett  en el hotel.

Martes 10 de febrero
Desayuno en el hotel. Visita a las cataratas por el lado argentino. Regreso al hotel. Tarde libre. Alojamiento. Cena en el hotel.

Miércoles 11 de febrero
Desayuno en el hotel. A la hora indicada traslado al aeropuerto para tomar el vuelo con destino El Calafate AR 1735 -10,40-12,35 (vía Buenos Aires). Salida en vuelo 1872 dirección Calafate. Llegada y traslado al Hotel Unique Luxury Patagonia. Alojamiento. Cena en el hotel.

Jueves 12 de febrero
Desayuno en el hotel.  Salida hacia el Parque Nacional de los Glaciares, donde se puede apreciar un típico paisaje de montañas, exuberantes bosques, incontables lagos y ríos de origen glaciar. El protagonista de la excursión es el Glaciar Perito Moreno, declarado Patrimonio de la Humanidad, con una extensión de 195 kms cuadrados y al cual llegaremos bordeando el Lago Argentino, pasando por el Brazo Rico, la Curva de los Suspiros y el Canal de los Témpanos. Por la tarde regreso a El Calafate. Alojamiento. Cena en el hotel.

Viernes 13 de febrero
Desayuno en el hotel. A la hora indicada traslado al aeropuerto para tomar el vuelo con destino Ushuaia. FTEUSH 12,40. Llegada y traslado al Hotel Los  Naranjos o similar. Alojamiento. Cena en Rte-prox.  (Se está estudiando posibilidad de tomar barco canal de Beagle – No incluido).

Sábado 14 de febrero
Desayuno en el hotel. Por la mañana, excursión al Parque Nacional de Tierra de Fuego, ubicado a unos 11 km al oeste de Ushuaia; en el que se pueden contemplar lagos, lagunas y ríos. Se incluirá el recorrido en el tradicional tren del Fin del Mundo, que recrea el viaje realizado por los antiguos presos del penal de Ushuaia para realizar labores de tala en los bosques del parque. Finalizada la visita, regreso al hotel y alojamiento. Cena en restaurante próximo al hotel.

Domingo 15 de febrero
Desayuno en el hotel. A la hora indicada, traslado al aeropuerto para tomar el vuelo con destino Tucumán Ushaep 10,05 (vía Buenos Aires). Llegada y a las 14,35 para tomar vuelo a las 14,35 con dirección Tucuman. Traslado al Amerian. Alojamiento. Cena en el hotel.

Lunes 16 de febrero
Desayuno en el hotel. A la hora indicada salida de S.M. de Tucumán por ruta 38 pasando por las ruinas jesuíticas de San José de Lules, Quebrada de los Sosas, monumento al Indio Calchaquí , parque de los menhires, dique la angostura, El Mollar, Iglesia jesuítica de la Banda, Tafi del Valle. Regreso al hotel y alojamiento. Cena en el hotel.

Martes 17 de febrero
Desayuno en el hotel. A la hora indicada salida hacia Tafí del Valle y la ciudad de Salta, pasando por el abra del infiernillo a 3042 m.s.n.m, Ampimpa, Amaicha del Valle, visita al antiguo pueblo de Quilmes (no incluye entrada ), Colalao del Valle y Tolombon, Cafayate, visitamos una bodega, la catedral y continuando por quebrada de las conchas donde veremos como al erosión del viento a dado formas y figuras en los cerros multicolores, continuando por el Valle de Lerma, El Carril, La Merced, Cerrillos y la ciudad de Salta, alojamiento en el Hotel Altos de Balcarce o similar. Cena en el hotel.

Miércoles 18 de febrero
Desayuno en el hotel. A la hora indicada salida para realizar la excursión a Humahuaca, salida por ruta 34, pasando por la ciudad de Gral. Guemes, a San Salvador de Jujuy, prosiguiendo por Tumbaya, Purmamarca (Cerro de los 7 colores), Maimara, trópico de capricornio, Tilcara, donde se visita su pucara y el museo arqueológico. Uquia, su antigua capilla con su altar laminado en oro, llegando a Humahuaca. Después de recorrer el pueblo de Humahuaca se regresa a S. S. de Jujuy, donde se realizará una breve visita a la ciudad, la catedral, plaza Belgrano, Cadillal, Guemes y Salta. Cena y alojamiento en el hotel.

Jueves 19 de febrero
Desayuno en el hotel. A la hora indicada traslado al aeropuerto para tomar el vuelo con destino Buenos Aires. (17,20-1920h). Llegada y traslado al Hotel Rochester Classic. Alojamiento cena.

Viernes 20 de febrero
Desayuno en el hotel. Visita panorámica a Buenos Aires. Programa Domus.

Sábado 21 de febrero
Desayuno en el hotel. Programa Domus (Posibilidad de ir a Montevideo en Barco). No incluido.

Domingo 22 de febrero
Programa Domus. Traslado al aeropuerto. Noche a Bordo. Vuelo 23,55 h. Llegada a Madrid a las 16 h. A continuación traslado a Valladolid.

Grupo de 20 personas
PRECIO SOCIO: 3840 €, Tasas incluidas (habitación doble)
PRECIO NO SOCIO: 3890 €, Tasas incluidas (habitación doble)
Grupo de 25 personas
PRECIO SOCIO: 3700 €, Tasas incluidas (habitación doble)
PRECIO NO SOCIO: 3750 €, Tasas incluidas (habitación doble)
Grupo de 30 personas
PRECIO SOCIO: 3550 €, Tasas incluidas (habitación doble)
PRECIO NO SOCIO: 3600 €, Tasas incluidas (habitación doble)

HABITACIONES INDIVIDUALES: Incremento de 700 € sobre los precios indicados. 

INCLUYE:
- Transporte aéreo ida y vuelta para el trayecto internacional Madrid-Buenos Aires/Buenos Aires-Madrid en vuelo regular y bus Valladolid-Madrid-Valladolid.
- Vuelos internos.
- Alojamiento en los hoteles 3*** y 4****.
- Régimen  alimenticio y visitas según itinerario.
- Traslados en servicio privado, excepto embarcaciones.
- Seguro de viaje.
- Visitas y excursiones indicadas en el itinerario con guía local -Guía acompañante durante todo el recorrido en Argentina y Responsable de la Asociación Cultural Domus Pucelae.

NO INCLUYE:
- Entradas a museos y edificios
- Transportes públicos en Buenos Aires.
- Excursiones no citadas, (ej. Montevideo, Canal de Beagle, Excursión por el Tigre, navegación por el Perito Moreno y la Gran Aventura por las Cataratas de Iguazú.


SUPLEMENTO PENSIÓN CASI-COMPLETA: 375 € por persona. (Consultar en la agencia de viajes).

INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZAS: Por correo en la dirección domuspucelae@gmail.com o llamando al teléfono 608 419228 a partir de las 0 horas del día 28 de septiembre.

FORMA DE PAGO: 500 € al realizar la inscripción, antes del 5 de octubre; segundo pago de 1.000 € antes del 8 de diciembre y el resto  30 días antes de la salida.
Se realizará una reunión informativa unos días antes de la salida, en la que se entregará la documentación.
Lugar del pago: Viajes el Corte Inglés, calle Puente Colgante 35. Preguntar por Mario Martín, telf. 983 278 235. 

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28 de septiembre de 2015

Lectura de poesía: FRAGMENTOS DEL DESASOSIEGO, 1 de octubre 2015

MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA. SALA BERRUGUETE
Calle Cadenas de San Gregorio, Valladolid

CICLO PENÍNSULA MELANCÓLICA
Con motivo de la exposición "Tiempos de Melancolía. Creación y desengaño en la España del Siglo de Oro

Jueves 1 de octubre
Sala Berruguete del Museo Nacional de Escultura, 20,30 h.
FRAGMENTOS DEL DESASOSIEGO, de San Juan de la Cruz a Samuel Beckett
Ruth Rivera, voz
María Elena de Prada, guitarra

PRECIO ENTRADA:
General: 3 €.
A la venta en la Asociación de Amigos del Museo (Tienda del Museo).

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25 de septiembre de 2015

Theatrum: DEDICACIÓN DEL COLEGIO DE SAN GREGORIO, cuando las piedras hablan








ALTORRELIEVE DE LA DEDICACIÓN DEL COLEGIO DE SAN GREGORIO
Atribuido a Gil de Siloé (Flandes, h. 1440-Burgos, 1501)
Hacia 1499
Piedra
Fachada del Colegio de San Gregorio, Valladolid
Escultura gótica. Estilo hispano-flamenco








En muchas ocasiones se ha dicho en tono poético que las piedras hablan para contarnos su historia. En la obra que aquí presentamos podemos comprobar cómo las imágenes pétreas se esfuerzan en ello con una clara intencionalidad: glorificar e inmortalizar la figura de Fray Alonso de Burgos, fundador y financiador del Colegio de San Gregorio de Valladolid en las décadas finales del siglo XV.

Lo primero a señalar es que se trata de una obra sacada de contexto, pues en realidad la escena integra el tímpano de la suntuosa portada del Colegio, paradigma de un exacerbado afán decorativo en el gótico tardío, cuyo repertorio de troncos entrecruzados, de cardinas adoptando formas caprichosas, de hombres en estado salvaje junto a soldados bien pertrechados, de múltiples personajes convertidos en símbolos en numerosas escenas de significación moralizante, del estanque del que brota un granado ante el júbilo de un grupo de niños, y, sobre todo, del gran motivo heráldico central que proclama la gloria de los Reyes Católicos, constituye un inabarcable fondo para el estudio y la interpretación iconográfica, para las conjeturas y la especulación artística e histórica, cuyos códigos encriptados, sin duda, todavía harán correr en el futuro muchos ríos de tinta.

Sin embargo, la escena del tímpano es meridianamente clara y reducida a lo esencial: la celebración y ofrecimiento —pues la portada fue el último elemento arquitectónico incorporado al complejo docente— de la fundación de un Colegio consagrado a San Gregorio por parte del obispo de Palencia.

La escena, decididamente simplificada en relación con los elementos circundantes, muestra a Fray Alonso de Burgos, revestido con ricos ornamentos episcopales y arrodillado ante un reclinatorio, que ofrece con veneración, en actitud orante, el Colegio por él fundado a la figura sedente y mayestática del papa San Gregorio Magno, su titular, coronado con la tiara papal y sujetando el báculo y un cáliz. El obispo fundador es asistido o protegido a su espalda por Santo Domingo, fundador de la Orden de Predicadores a la que el prelado pertenecía, que con el hábito dominicano y la cabeza tonsurada sujeta como atributo una vara de azucenas, símbolo de castidad y pureza en la fe.

En el lado opuesto, a modo de testigo de tan solemne acto, aparece sentado en cátedra el apóstol San Pablo, titular del monasterio vecino junto al que se levantó el Colegio y al que estaba vinculado.
El cuarteto de personajes, en el intento de ubicarles en un espacio dignificado, ocupan un sugerido espacio en cuyo fondo cuelga un gran tapiz ornamentado con una retícula de formas romboidales que en su interior contienen flores de lis —emblema de Fray Alonso de Burgos— y un remate inferior con una cenefa y largos flecos. De forma tan sintética queda inmortalizada la acción del obispo fundador y la gloria de los tres santos a los que el fundador profesaba su mayor veneración.

LA PUJANTE FIGURA DE FRAY MORTERO 

Fray Alonso de Burgos fue un personaje que tuvo gran peso en la política castellana a partir de la década de 1480, siendo considerado como el primer consejero de la Edad Moderna vinculado a los Reyes Católicos1.
Fray Mortero, sobrenombre por el que era conocido en la Corte, había nacido en 1415 en el valle de la Mortera, en las serranías de Burgos, en el seno de una familia de ascendencia noble y estaba emparentado con los obispos conversos Alonso de Cartagena y Pablo de Santa María. Este último, obispo de Burgos del que era sobrino, le tomó a su servicio siendo muy joven, lo que le permitió acceder a la carrera eclesiástica.
Muy pronto ingresó en el monasterio de San Pablo de Burgos, perteneciente a la Orden de Predicadores, donde ejerció como lector de teología y donde, en 1449, cuando contaba 34 años, fue nombrado prior del monasterio. Desde Burgos pasó al convento de San Pablo de Valladolid para estudiar Arte y Teología, donde también llegaría a ser nombrado prior. La ostentación de este cargo fue decisivo para establecer estrechas relaciones con la Corte hasta ser nombrado confesor real y Canciller Mayor del Reino, alcanzando un importante rango al participar como consejero de la actividad política junto a los Reyes Católicos.

Eclesiástico muy respetado por la nobleza por la fuerza de sus sermones y sus dotes oratorias, en los primeros años de su reinado Isabel la Católica recurrió repetidamente a sus consejos, agradeciendo los éxitos obtenidos con su nombramiento, en 1473, como confesor personal y capellán mayor, llegando a gozar de una gran confianza entre los monarcas. Debido a la influencia de la reina Isabel, en 1477 era nombrado obispo de Córdoba y más tarde, en 1482, obispo de Cuenca, después de producirse una disputa de los reyes con el papado sobre el derecho a decidir los cargos eclesiásticos más importantes de sus dominios.

Por último, entre 1485 y 1499 ocupó la cátedra del obispado de Palencia, diócesis a la que pertenecía Valladolid, ciudad a la que Alonso de Burgos estaba vinculado sentimentalmente desde que en 1468, al producirse la muerte del cardenal Fray Juan de Torquemada, también dominico, tomara el relevo en los afanes iniciados por aquél en 1463 para renovar la construcción del monasterio de San Pablo, aquel que, iniciado hacia 1276 gracias a una donación de terrenos realizada por doña Violante, esposa de Alfonso X el Sabio, y beneficiado en 1286 por la reina doña María de Molina, en ese momento presentaba ruina y estrechez espacial.

Simón de Colonia. Fray Alonso de Burgos en el tímpano
de la iglesia de San Pablo de Valladolid
Fray Alonso de Burgos prosiguió la elevación y ornamentación de la iglesia, de la que sólo se habían construido los cimientos, incorporando al complejo el claustro principal, el coro, la sala capitular, el refectorio, la hospedería, los dormitorios, la biblioteca y una capilla personal para su enterramiento comunicada con la iglesia a la altura del crucero, aunque la obra más ambiciosa fuese la grandilocuente portada, cuya obra fue contratada con el prestigioso arquitecto y escultor burgalés Simón de Colonia.

Fray Alonso de Burgos llegaría a ser nombrado consejero del rey Fernando y presidente del Consejo de Castilla, el más alto órgano del reino, calidad con la que intervino en 1480 en el juramento del príncipe Juan, hijo de Isabel y Fernando. Convertido en un influyente personaje, participó en asuntos de la Inquisición, en las relaciones con la Santa Sede y en un hecho tan decisivo como fue la unificación de diferentes Hermandades existentes para crear la Santa Hermandad, siendo quien personalmente elevó los dictámenes de tan importante institución —el primer cuerpo policial organizado en Europa— a la reina Isabel, que la instituyó en las Cortes de Madrigal en 1476.

Gil de Siloe?, 1499. Fray Alonso de Burgos en el tímpano
del Colegio de San Gregorio de Valladolid
Alonso de Burgos moría en Palencia en 1499 cuando ya había superado los 80 años de edad, siendo enterrado en la suntuosa capilla funeraria que había hecho construir junto a la iglesia de San Pablo de Valladolid para beneficio de su alma y honra de su memoria. Sin embargo, a pesar de su mecenazgo en fábricas conventuales durante su sucesivo periplo por las diócesis de Córdoba, Cuenca y Palencia, su iniciativa más singular sería la fundación y edificación del Colegio de San Gregorio de Valladolid para la formación de religiosos dominicos, cuya bula de fundación fue concedida por el papa Inocencio VIII a finales de 1487. Esta magna obra le reserva un lugar de honor entre los promotores y mecenas de los albores de la Edad Moderna.

INTERVENCIÓN DE GIL DE SILOÉ EN LA FACHADA DEL COLEGIO

Si la traza general del edificio puede atribuirse a Juan Guas, del que se tiene constancia que intervino en la construcción de la capilla funeraria de Fray Alonso de Burgos, no puede decirse lo mismo del artífice de las labores ornamentales de la fachada, obra destacada del arte gótico tardío en España, ya que desafortunadamente este dato no está documentado.

Izda: Gil de Siloé. Soldado del sepulcro del infante don Alfonso
en la Cartuja de Miraflores (Burgos)
Dcha: Soldado de la fachada del Colegio de San Gregorio 
Sin embargo, cuando Julia Ara Gil2 analiza en profundidad el variado e inusual repertorio decorativo e iconográfico de la espectacular fachada-pantalla del Colegio de San Gregorio, ya apunta la estrecha relación estilística de los motivos escultóricos con el taller burgalés del gran maestre Gil de Siloé, el mejor escultor activo en España a finales del siglo XV. Precisamente Fray Alonso de Burgos recurre a este maestro para encargar el desaparecido retablo que presidiría su capilla, que sería realizado con la participación del pintor Diego de la Cruz, estrecho colaborador del escultor en las labores de policromía, siendo la obra culminada hacia 1488. Este es un dato decisivo que certifica la relación de Fray Alonso de Burgos con Gil de Siloé para su proyecto de Valladolid, al que bien pudo solicitar su intervención en la fachada que suponía el colofón al majestuoso Colegio de San Gregorio.

Además, la gran similitud estilística de algunos motivos de la fachada con otras obras de Gil de Siloé, tales como el sepulcro del infante don Alfonso (1492) de la Cartuja de Miraflores o el retablo de la capilla de la Concepción o Santa Ana (1492) de la catedral de Burgos, hace muy probable la hipótesis de que Gil de Siloé fuera el autor del repertorio decorativo de la fachada, que habría sido rematada en 1499.

Izda: Gil de Siloé. Árbol de Jesé del retablo de la Capilla de Santa Ana
de la catedral de Burgos
Dcha: Granado y heráldica de la fachada del Colegio de San Gregorio
Es muy elocuente la similitud iconográfica y estilística entre el soldado que aparece en el frente del sepulcro del infante don Alfonso, hijo de los Reyes Católicos, en la Cartuja de Miraflores, y los soldados distribuidos por la fachada de San Gregorio. Otro tanto acurre con el motivo central que muestra las ramificaciones de un granado, que inevitablemente recuerda las ramificaciones del Árbol de Jesé que brota del pecho del padre del rey David para establecer el árbol genealógico de Cristo en el retablo de la capilla de Santa Ana de la catedral burgalesa, obra encomendada a Gil de Siloé por el obispo Luis de Acuña. En la fachada vallisoletana, el espacio central que ocuparan en Burgos San Joaquín y Santa Ana son sustituidos por un gran motivo heráldico que proclama la gloria de los Reyes Católicos tras la conquista de Granada.

Pero si nos atenemos estrictamente al relieve del tímpano que representa la ofrenda del Colegio también encontramos numerosas similitudes. En el mismo retablo de la capilla de Santa Ana de la catedral de Burgos se incluye, por expreso deseo del comitente, un relieve en el que aparece el obispo Luis de Acuña, en actitud orante, revestido de pontifical y rodeado de acólitos en el momento de ofrecer el retablo por él financiado para su capilla funeraria. Gil de Siloé no sólo hace un ejercicio de virtuosismo flamenco en la reproducción al detalle de la capa pluvial, la mitra, los guantes y el báculo, sino que trabaja la cabeza con la calidad de un verdadero retrato.

Izda: Gil de Siloé. Retrato del obispo Acuña en el retablo de la
Capilla de Santa Ana de la catedral de Burgos
Dcha: Retrato de Fray Alonso de Burgos en el Colegio de San Gregorio
La misma disposición y el mismo preciosismo decorativo muestra la figura de Fray Alonso de Burgos ofreciendo el Colegio a San Gregorio, aunque comprendamos las limitaciones técnicas entre el trabajo en madera y en piedra. Si la capa, la mitra, los guantes y el báculo muestran idéntico alarde decorativo, más significativo es el afán por plasmar, con gran morbidez, el retrato del obispo de Palencia.

Asimismo, para el banco del mismo retablo burgalés Gil de Siloé talló un relieve que representa a San Pablo sedente en cátedra y colocado con un giro de tres cuartos pretendiendo dotar a la figura, mediante una perspectiva no dominada, de cierta profundidad. El mismo esquema compositivo, similar tipología humana, igual tratamiento de los paños con pliegues duros e idéntico tipo de elemental perspectiva presenta la figura de San Pablo en el tímpano vallisoletano, que mantiene una actitud hierática que se traduce en solemnidad.

Por todo ello, mientras no se demuestre lo contrario, bien podemos aceptar el relieve de la dedicación del Colegio de San Gregorio como obra de Gil de Siloé, cuyo talento, elegancia, gracia nórdica y dominio en el oficio escultórico no fue superado en tiempos de los Reyes Católicos por ningún otro escultor. De modo que si para la fachada de la iglesia de San Pablo Fray Alonso de Burgos eligió la maestría de Simón de Colonia, para el retablo de su capilla y la fachada del Colegio de San Gregorio contrataba a Gil de Siloé, un hecho que no sólo demuestra la capacidad económica del mecenas para contratar a los mejores artistas del momento, sino su preocupación por determinar los programas iconográficos de los edificios por él patrocinados, llegando incluso a determinar la transformación del marco urbano en el que se levantaban, como la apertura de grandes plazas ante las fachadas principales. 

Izda: Gil de Siloé. San Pablo en el retablo de la Capilla de Santa Ana
de la catedral de Burgos
Dcha: San Pablo en el tímpano del Colegio de San Gregorio
Una de las obsesiones de Fray Alonso de Burgos fue la de incorporar, en todos los elementos de los edificios, su emblema personal de la flor de lis, motivo que se repite hasta la saciedad en las fachadas, patio, capilla, cubiertas mudéjares, etc. Este auto-homenaje es el único testimonio que proclama su gloria para la eternidad, pues como afirma José Ignacio Hernández Redondo3, ni la ciudad de Valladolid ha mostrado a lo largo de su historia una muestra de gratitud con tan insigne personaje que tanto favoreció su patrimonio, pues incluso la primitiva calle del Colegio del obispo de Palencia pasó a titularse calle Cadenas de San Gregorio, ni los estudios histórico-artísticos hispánicos le han tratado con la misma consideración que a los prelados de familias como los Fonseca o los Mendoza, que igualmente ejercieron destacados papeles de mecenazgo.
     
Sirva contemplar la obra que presentamos para recuperar, en lo posible, la memoria de tan importante figura histórica que en Valladolid puso todos sus empeños en utilizar el arte de mayor calidad como medio para su exaltación personal —todo un ejercicio de autoestima— y la de los Reyes Católicos.

Emblema de Fray Alonso de Burgos sobre el tímpano

Informe y fotografías: J. M. Travieso


NOTAS

1 MARTÍNEZ PEÑAS, Leandro. El confesor del rey en el Antiguo Régimen. Editorial Complutense, Madrid, 2007, pp. 57-65.

2 ARA GIL, Clementina Julia. Escultura gótica en Valladolid y su provincia. Institución Cultural Simancas, Diputación de Valladolid, Valladolid, 1977, pp. 239-251.

3 HERNÁNDEZ REDONDO, José Ignacio. El Colegio de San Gregorio, fundación de Fray Alonso de Burgos: reflexiones y propuestas. Conocer Valladolid 2013, Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción y Ayuntamiento de Valladolid, Valladolid, 2014, pp. 89-111.





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24 de septiembre de 2015

Estudios de Arte: El Curso 2015-2016 comienza el 6 de octubre 2015

CONDICIONES GENERALES

- El curso ofrece una capacidad limitada para 40 personas.

- Tienen preferencia en la inscripción todos los participantes en el curso anterior.

- Solamente se realizarán nuevas inscripciones en el caso de quedar plazas vacantes, es decir, si algún participante en el curso anterior no renovase su inscripción, y será por riguroso orden de solicitud, según la lista de espera que se renueva cada año.

- Los participantes deberán comprometerse a respetar las normas elementales de puntualidad, asistencia y comportamiento.

- El hecho de optar a la asistencia al curso implica la aceptación de estas condiciones.

- No se atenderán solicitudes fuera de las fechas establecidas.


INSCRIPCIÓN
- Participantes en el curso anterior: del 23 al 30 de septiembre 2015.
- Solicitudes para ingresar en la lista de espera: del 28 de septiembre al 3 de octubre 2015, dirigidas por correo a la siguiente dirección:
estudiosdearte.va@gmail.com
Puntualmente recibirán la información del puesto que ocupan en la lista de espera (por riguroso orden de solicitud) y, en caso de haber vacantes, su aceptación, datos del aula, horarios, etc.

XXIII CURSO DE ARTE

Contenido: ARTE DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA IX

* Pintura española del Renacimiento: Maestros introductores en Castilla, Valencia, Cataluña, Aragón y Andalucía.

* Estudios monográficos de Juan de Flandes, Pedro Berruguete, Juan de Borgoña, Fernando Yáñez de la Almedina y Fernando de Llanos.

* Estudios complementarios de iconografía.

J.M.T. / Sección Estudios de Arte

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23 de septiembre de 2015

Cine Fórum: LA MARQUESA DE O, 30 de septiembre 2015



CICLO HACIA EL ROMANTICISMO
ARTE E HISTORIA A TRAVÉS DEL CINE
Organizado por Domus Pucelae, Universidad de Valladolid y Cine Club Casablanca

Miércoles 30 de septiembre
19:00 h.
Aula Mergelina, Universidad de Valladolid, Plaza de la Universidad s/n.
LA MARQUESA DE O
Erich Rohmer, 1976, 107 min.
Versión original con subtítulos en español.
Presentación: José Luis Cano de Gardoqui García

Entrada gratuita hasta completar aforo


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Bordado de musas con hilos de oro: LOS NOMBRES, de Jorge Guillén




LOS NOMBRES



Albor. El horizonte
entreabre sus pestañas,
y empieza a ver. ¿Qué? Nombres.
Están sobre la pátina

de las cosas. La rosa
se llama todavía
hoy rosa, y la memoria
de su tránsito, prisa.

Prisa de vivir más.
A lo largo amor nos alce
esa pujanza agraz
del Instante, tan ágil

que en llegando a su meta
corre a imponer Después.
Alerta, alerta, alerta,
yo seré, yo seré.

¿Y las rosas? Pestañas
cerradas: horizonte
final. ¿Acaso nada?
Pero quedan los nombres.


JORGE GUILLÉN (Valladolid, 1893 - Málaga, 1984)





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21 de septiembre de 2015

VIAJE: MÁLAGA, CIUDAD DE MUSEOS, del 30 de octubre al 2 de noviembre 2015


PROGRAMA


Viernes 30  de octubre
Salida a las  7,15 h. desde Vallsur y a las 7,30 h. desde la plaza de Colón con dirección a Sabiote (Jaén) para visitar la población.  Parada durante el camino para la comida (incluida).  A continuación salida hacia Málaga, con cena y alojamiento en el Hotel Tribuna***.

Sábado 31 de octubre
Salida a pie del hotel con dirección al centro histórico de Málaga. Visita a la exposición Huellas y al palacio episcopal, donde podrán contemplarse los bellos azulejos. Visita a la Catedral y Museo Catedralicio. Comida en el hotel. Por la tarde visita al Museo Carmen Thyssen y al Centro Pompidou.  Tiempo libre hasta la hora de la cena. Alojamiento en Hotel Tribuna.

Domingo 1 de noviembre
Visita al Museo Picasso y Museo de Iconos de San Petersburgo. Por la tarde salida hacia Nerja y la localidad de Frigiliana. Regreso a Málaga. Cena y alojamiento.

Lunes 2 de noviembre
Salida a las 8 h. con dirección a Valladolid. En el camino se visitará las Virtudes y se hará la comida (incluida) en ruta. Llegada ultimas horas a Valladolid. 

PRECIO SOCIO: 265 € (habitación doble).
PRECIO NO SOCIO: 285 € (habitación doble).
PRECIO SOCIO: 360 € (habitación individual).
PRECIO NO SOCIO: 380 € (habitación individual).

INCLUYE:
Viaje en autocar.
Seguro de Viaje.
Dossier informativo.
Pensión completa durante el viaje.
Hotel céntrico en la ciudad de Málaga.

NO INCLUYE:
Entradas a los museos y visitas guiadas a los mismos.

Organiza Agencia de viajes Rasotour.

INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZAS: Por correo en la dirección domuspucelae@gmail.com o llamando al teléfono 608 419228 a partir de las 0 horas del día 21 de septiembre.


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18 de septiembre de 2015

Theatrum: JARRONES CON TULIPANES Y OTRAS FLORES, naturalezas muertas como deleite estético y científico













JARRONES CON FLORES
Diego Valentín Díaz (Valladolid, 1586-1660)
Entre 1640 y 1650
Óleo sobre lienzo
Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid
Pintura barroca española. Escuela castellana















Diego Valentín Díaz. Jarrón con flores, 1640-1650
Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid
EL AUTOR

A partir de la segunda década del siglo XVII, el pintor más importante de cuantos tenían taller abierto en Valladolid era Diego Valentín Díaz, que en su obrador situado frente a la iglesia de San Lorenzo desarrollaría una larga carrera jalonada por el reconocimiento y el prestigio generalizados. Nacido en 1586 en Valladolid y bautizado en la primitiva parroquia de San Miguel, realizó su formación junto a su padre, el también pintor Pedro Díaz Minaya, del que llegó a ser ayudante y colaborador vinculado a los modos del manierismo tardío de resonancias escurialenses, aunque, una vez establecido por su cuenta, su estilo fue evolucionando hacia un lenguaje convencional e idealista, propio del primer barroco, en el que supo definir su propio e inconfundible estilo, encontrando en el repertorio de la pintura religiosa todo un campo apropiado para volcar en él su condición de hombre modesto y piadoso, siempre respetando la ortodoxia exigida por la Contrarreforma respecto a la plasmación de imágenes sacras, en las que experimentó composiciones muy personales de las que emana una intencionalidad de adoctrinamiento católico.

Diego Valentín Díaz, aparte de gran pintor, era una persona culta y erudita, poseedor de una rica biblioteca integrada por más de 450 ejemplares de todos los géneros, desde temas religiosos y tratados artísticos hasta otros de anatomía, astronomía y obras literarias de autores como Tirso de Molina, Lope de Vega, Quevedo, Cervantes, etc. En el inventario de sus bienes realizado en 1661, un año después de su fallecimiento, también figuraba una gran colección de estampas, grabados y dibujos que reproducían modelos de Durero, Barocci, Tempesta y Rubens, además de 260 pinturas, en su mayor parte de temática religiosa, suyas y de otros pintores, junto a un bodegón de dulces de Juan Van der Hamen, algunas pinturas de flores y un retrato que le hiciera Juan Carreño de Miranda.  

Gustoso de las tertulias en los medios artísticos, mantuvo una buena relación con destacados eclesiásticos de la ciudad, llegando a realizar los retratos de varios obispos de Valladolid, así como el de su amigo Gregorio Fernández —para el que realizó la policromía de algunas de sus obras—, destinado a ser colocado sobre su sepultura en la desaparecida iglesia del convento del Carmen Calzado (actualmente en el Museo Nacional de Escultura). Conoció personalmente a Velázquez, con el que entabló amistad, así como con Francisco Pacheco, con quien mantuvo correspondencia y al que envió los retratos de Alonso Berruguete, Felipe de Liaño y Gregorio Martínez para un libro de retratos que estaba preparando. Perteneció a varias cofradías vallisoletanas, fue uno de los fundadores de la cofradía de San Lucas, patrón de los pintores y escultores, y llegó a recibir el título de Familiar del Santo Oficio. Asimismo, tras recibir la herencia de unos familiares, fundó en Valladolid el Colegio de Niñas Huérfanas, del que fue patrono desde 1647 hasta su muerte en 1660, institución a la que hizo donación de todos sus bienes en 1653.

Juan van der Hamen. Detalle Naturaleza muerta, h. 1627
Museo del Prado
En su taller, situado en el lugar que tiempo después ocuparía el monasterio de Santa Ana y San Joaquín, trabajaron numerosos oficiales y discípulos, entre ellos el palentino Felipe Gil de Mena. Su producción fue abundante, uniendo a su faceta de dorador de retablos y policromador de esculturas una larga relación de pinturas de temática religiosa destinadas a retablos de Valladolid y provincia, a las que se sumarían pinturas para los dominicos de San Pablo, para los monjes de San Benito el Real, originales escenas de Cristo vestido de jesuita para la Casa Profesa de Valladolid (actual iglesia de San Miguel) o las excelentes pinturas encargadas desde Oviedo, como el retablo realizado entre 1638 y 1641 para la iglesia de Santa María la Real de la Corte con las pinturas de San Vicente, San Benito y Santa Escolástica1. Se completa su obra con pinturas murales y una serie de retratos.

Sin embargo, hoy fijamos nuestra atención en una faceta tan poco frecuente en Valladolid como es la realización por el pintor de una serie de naturalezas muertas en las que se deleita pintando bellos jarrones con atractivas flores, modalidad a la que supo imprimir su estética personal. El principal interés radica en que las pinturas con el tema de flores y bodegones fueron muy escasas en Valladolid, mostrando en ellas su interés por lo que hacían algunos pintores cortesanos de Madrid especializados en este género.





Antonio Ponce. Jarrones con flores, h. 1650. Colección particular

EL BODEGÓN FLORAL ESPAÑOL

Dentro del género de la "naturaleza muerta", uno de los temas que alcanzaron en aquella época mayor popularidad fue el de los floreros, cuyo atractivo, en virtud de la vistosidad y variedad de las flores, era el permitir infinitas posibilidades de combinaciones de especies vegetales, a las que se podían añadir guirnaldas, frutas, objetos ornamentales relacionados con la vegetación e incluso animales, así como vistas de jardines, paisajes y elementos arquitectónicos en cuyos alardes compositivos se ponía a prueba la capacidad de invención de sus autores. Su objetivo era alegrar la vista de los espectadores que las contemplaban, independientemente del estilo, es decir, tenían una finalidad hedonista muy alejada de las escenas de martirios y mortificaciones divulgadas hasta la saciedad por la pintura religiosa.

Con el deseo de conseguir una gran variedad en las composiciones, se utilizaron muchos modos de representación, uniendo a la inabarcable combinación de especies florales todo un repertorio de diferentes recipientes que debían contener los ramilletes, tales como búcaros y jarrones de metal, cerámica o cristal de los más variados diseños, cestas de mimbre u otros recipientes fruto de la fantasía o tomados de la realidad cotidiana. De modo que, junto a las caprichosas formas y el contrastado cromatismo de las flores, los pintores ponían a prueba su talento para dar corporeidad a los recipientes tanto con brillos metálicos o cerámicos como con otros fingiendo la transparencia del cristal, compitiendo estos efectos con el atractivo cromático de los pétalos y hojas, en la mayoría de los casos utilizando fondos neutros y apoyos excesivamente austeros para no distraer la mirada del repertorio floral.

Antonio Ponce. Naturaleza muerta, h. 1660. Colección particular
En definitiva, los pintores, en su mayoría especializados en el género, se esmeraban por conseguir una pintura amable e intimista que tuvo una enorme aceptación entre la alta sociedad, alcanzando sugestivas cotas de virtuosismo en la obra del madrileño Juan van der Hamen (1596-1631), principal pintor de naturalezas muertas que trabajó en la corte en las primeras décadas del siglo XVII y cuyas pinturas de bodegones y flores, las más elegantes de su época, marcaron la pauta a seguir a otros muchos pintores, entre ellos al vallisoletano Antonio Ponce (1608-1667) que, establecido en Madrid, se muestra como excelente pintor de bodegones y floreros táctiles y naturalistas, compartiendo con Van der Hamen la cúspide de la pintura barroca española en este género.

Podría afirmarse que, salvo en casos excepcionales, el bodegón floral español, en comparación con las escuelas flamenca u holandesa, no ha sido reconocido artísticamente, marcando un hito la exposición Pintura española de flores del Siglo de Oro, celebrada en 2002 en el Frans Hals Museum de la ciudad holandesa de Haarlem, con obras de instituciones de cuatro países y coleccionistas privados, muestra que después se repitió en el Museo del Prado, de donde procedían algunas de las obras expuestas. En ella, entre los pintores más representativos del género, aparecía Diego Valentín Díaz. Y es que, como podemos comprobar, el gran pintor vallisoletano no se pudo sustraer a este tipo de pinturas, llegando a realizar una serie que, aunque siempre fue apreciada, no ha sido puesta en valor hasta tiempos recientes.

Diego Valentín Díaz. Cestas de flores. Museo Carmen Thyssen, Málaga
JARRÓN DE CRISTAL CON TULIPANES Y OTRAS FLORES

Con este título se conservan en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid dos bellas pinturas al óleo sobre lienzo —66 x 50 cm.— de Diego Valentín Díaz, que se ajustan a lo anteriormente expuesto mostrando la maestría del pintor en este género. En ambas se repite el mismo planteamiento compositivo, con un jarrón de cristal de vidrio soplado, cuya decoración recuerda las manufacturas venecianas, apoyado sobre una repisa que recoge las sombras producidas por una luz cenital. Dentro del recipiente aparece un ramillete de flores variadas, en color y tamaño, entre las que se identifican tulipanes y en las que predominan tonos blancos y rojizos que, destacando sobre un fondo neutro de tonalidades marrones, quedan bañadas por un fuerte efecto de claroscuro que procura un fingimiento realista resuelto con gran virtuosismo. El efecto no puede ser más naturalista, pues el propio cuadro se convierte en un nicho u hornacina que alberga el florero.

Diego Valentín Díaz. Jarrón con flores, h. 1650
Izda: Colección particular / Dcha: Mercado del arte
Como es característico en la pintura de Diego Valentín Díaz, la idea compositiva se apoya en el magistral dominio del dibujo, base de los elementos ornamentales que son representados con gran minuciosidad a partir de la habitual paleta de colores fríos, aunando la serenidad general del atrayente motivo con el dinamismo de los pétalos de las flores, que como seres vivos parecen agitarse produciendo curvas y contracurvas, ondulaciones antes de marchitarse. En estas imágenes, de calidad insospechada, se han querido encontrar implicaciones culturales hasta hace poco no tenidas en cuenta, como el carácter científico relacionado con los botanistas españoles de los siglos XVI y XVII, estimulados por el reciente descubrimiento de la flora americana.

Asimismo, no es casual la intensidad, el sentido geométrico y el contenido místico de este tipo de naturalezas muertas de la primera mitad del siglo XVII, donde las flores, junto a las frutas y hortalizas reflejan el paso de las cuatro estaciones, incitando en el fondo a una reflexión sobre la fugacidad de la vida.


Diego Valentín Díaz. Jarrón con flores y melocotones. Mercado del arte

OTRAS PINTURAS FLORALES DE DIEGO VALENTÍN DÍAZ

Cestas con flores. Museo Carmen Thyssen, Málaga
En la colección Thyssen se conservan dos pinturas atribuidas a Diego Valentín Díaz que representan cestas de mimbre llenas de flores. Destacadas sobre el habitual fondo neutro, el trabajo del recipiente de cristal es sustituido por la textura de un trenzado de mimbre y las flores más simplificadas, mostrándose en conjunto como una naturaleza muerta más elemental, por lo que puede tratarse de las primeras obras de este género realizadas por el pintor, pues estas, como toda la pintura de flores en general, evolucionaron desde las formas humildes de las primeras obras de principios del siglo XVII hasta alcanzar la cima del naturalismo a mediados de la centuria en sofisticadas y virtuosas composiciones.

Jarrón de cristal con tulipanes y otras flores, h. 1650. Colección particular
Esta pintura, datada hacia 1650, repite el mismo esquema de los floreros vallisoletanos, aunque el formato se alarga verticalmente para incorporar un mayor número de flores entre las que predominan los tulipanes. Diego Valentín Díaz repite miméticamente el tipo de repisa, el modelo de florero cristalino, el fondo neutro y la iluminación cenital, incorporando narcisos amarillos, claveles rojos y pintorescas flores silvestres azules, sin que en conjunto varíe el significado de la composición.

Felipe Gil de Mena. Retablo fingido
Sacristía de la iglesia de San Miguel, Valladolid
Jarrón de cristal con flores e higos. Mercado del Arte
Aunque el florero sigue la misma composición que las obras anteriores, el pintor incorpora un contenido místico, relativo al paso del tiempo, a través de la colocación sobre la repisa de pétalos desprendidos y marchitos, así como cuatro higos y una breva madura que aluden a una determinada estación.

Jarrón con flores y melocotones. Mercado del Arte
Con una filosofía similar a la anterior, aunque en un formato casi cuadrado, la pintura presenta un florero con gran variedad de flores en el interior de un nicho bien definido, acompañándose a los lados de dos melocotones en distinta posición. Con gran sutileza el pintor trabaja la textura del cristal lleno de agua que es atravesado por un minúsculo rayo cenital produciendo un destello junto a la base, fruto de la observación del natural.



Influencia de las pinturas florales de Diego Valentín Díaz  
Felipe Gil de Mena. Detalle retablo fingido
Sacristía de la iglesia de San Miguel, Valladolid
Cuando Felipe Gil de Mena (1603-1673) acomete el original retablo fingido de la monumental sacristía de la iglesia del Colegio de jesuitas (actual Real Iglesia de San Miguel y San Julián), asume las influencias de su maestro Diego Valentín Díaz por partida doble. Por un lado en la obra en sí misma, puesto que el retablo pintado a modo de enorme trampantojo con forma de arco triunfal, incluyendo un camarín con forma de tabernáculo para albergar a la Inmaculada, no hace sino repetir la experiencia de su maestro en el retablo arquitectónico fingido que presidía la capilla del Colegio de Niñas Huérfanas por él fundado (conjunto desaparecido).
Por otro lado, Felipe Gil de Mena sustituye las figuras de santos que aparecían en el original de su maestro por una inusual ornamentación a base de ocho grandes jarrones con flores que siguen de cerca los modelos de Diego Valentín Díaz, si es que no fueron elaborados directamente por este maestro, como apuntan algunos autores que consideran su colaboración en el retablo. Los motivos florales aparecen colocados a dos alturas, cuatro dentro de los vanos simulados a los lados del arco triunfal y otros cuatro reposando en la cornisa que separa el basamento del cuerpo central. 
Felipe Gil de Mena. Detalle retablo fingido
Sacristía de la iglesia de San Miguel, Valladolid
Los primeros simulan grandes copas de bronce dorado y los segundos búcaros de piedra con argollas y cintas decorativas en bronce dorado, compartiendo todos ellos grandes ramilletes florales con múltiples especies, ajustándose artificiosamente, como el resto de los elementos pintados del retablo, a las leyes de la perspectiva en su diseño y sombreado.

El resultado es una colosal pintura en la que los motivos florales adquieren un protagonismo desconocido hasta entonces, poniendo de manifiesto la valoración y el aprecio en Valladolid por aquellas "naturalezas muertas" tan atractivas debidas al talento de Diego Valentín Díaz.     


Informe: J. M. Travieso.




Felipe Gil de Mena. Detalle retablo fingido
Sacristía de la iglesia de San Miguel, Valladolid

NOTAS

1 URREA FERNÁNDEZ, Jesús y BRASAS EGIDO, José Carlos. Epistolario del pintor Diego Valentín Díaz. Universidad de Valladolid, Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA), Tomo 46, 1980, p. 445.








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