23 de diciembre de 2013

Un museo interesante: MUSEO DIOCESANO DE PALENCIA, Palencia

Retablo de la Virgen. Anónimo flamenco, 1538






MUSEO DIOCESANO DE PALENCIA
Palacio Episcopal de Palencia
Calle Mayor Antigua 34, Palencia








Anunciación, Retablo de la Virgen. Anónimo flamenco, 1538

Si la catedral de Palencia recibe el apodo de "la bella desconocida", no menos desconocido, incluso por los propios palentinos, es el Museo Diocesano, que ofrece a los visitantes un sorprendente conjunto de primerísima calidad, con una colección insuperable de obras del siglo XVI pertenecientes a los más afamados artistas que desarrollaron su trabajo por tierras palentinas cuando en España hacía eclosión el Renacimiento.

El Museo Diocesano tiene su sede en el antiguo Palacio Episcopal, un edificio de grandes dimensiones que tiene su origen en el siglo XVI, aunque reedificado entre 1780 y 1800 en estilo neoclásico por iniciativa del obispo palentino José Luis de Mollinedo. Totalmente levantado en piedra, el palacio se organiza en torno a un gran patio porticado y consta de semisótanos, entresuelo y dos plantas, todas ellas recorridas por espaciosos salones.



Cubierta mudéjar, s. XV. Procedente de Cuenca de Campos, Valladolid
Parte de estas dependencias fueron acondicionadas en 1973 para reconvertirlas en salas con función museística que recogen y preservan para el futuro parte del ingente patrimonio artístico de la provincia, aquel que procedente de pueblos despoblados presentaba alto riesgo de expolio o destrucción. Las obras recogidas se vinieron a sumar a otras ya depositadas anteriormente en el obispado que se habían rescatado de pueblos abandonados o anegados por la construcción de embalses. Todo ello permitió la inauguración de una segunda fase del museo el 15 de mayo de 1975, después de que el obispo José Souto Vizoso estimulara la conservación del patrimonio sacro amenazado por falta de medios y su labor fuese continuada por el obispo Anastasio Granados García, que llegó a crear una delegación diocesana de arte. Desde su fundación el museo ha tenido como director al sacerdote Ángel Sancho Campo, también autor de la guía del museo, que ha conseguido que las obras expuestas, a pesar de la ajustada economía, estén dignamente presentadas y sorprendan al visitante.

Como es habitual en este tipo de museos, la colección de obras y estilos es incalificable por una gran variedad que abarca del siglo VII al XXI, oscilando desde importantes obras románicas hasta vistosas composiciones barrocas, con una buena muestra de pilas bautismales, artesonados, mobiliario, piezas de orfebrería, ornamentos litúrgicos y objetos de gran valor etnográfico distribuidos a lo largo de 19 salas, aunque las obras más destacadas son el conjunto de retablos, de todos los tamaños, y especialmente la colección de pintura y escultura, con obras en su mayor parte realizadas por grandes maestros.

Santa Ana, la Virgen y el Niño. Alejo de Vahía, s. XV
En la parte derecha de la planta baja del edificio se muestran las primeras cuatro salas, todas ellas muy espaciosas, y tienen su continuidad en otras instaladas en el semisótano de la parte izquierda del palacio, sobre las que se levantan las dependencias episcopales, igualmente interesantes. A modo de escueta orientación, indicamos a continuación algunas de las obras más significativas.


Sala de los Artesonados
La primera sala recibe el nombre de la cubierta y los alfarjes mudéjares del siglo XV procedentes del monasterio de San Bernardino de Cuenca de Campos (Valladolid) y de las iglesias de Moral de la Reina, Támara de Campos y Becerril de Campos, todos ellos con profusión decorativa en la que no faltan escenas pintadas.
Bajo estas estructuras leñosas se muestran tres importantes Calvarios de los siglos XIII y XIV, junto a una colección de vírgenes sedentes románicas y góticas y una pila bautismal del siglo XII, procedente de la iglesia de Valcobero, con las figuras ecuestres de los Reyes Magos.

Llanto sobre Cristo muerto. Felipe Bigarny, s. XVI
Realmente impresionante es el Retablo de la Virgen, una obra flamenca realizada por un maestro anónimo hacia 1538, con abigarrada decoración plateresca, que ofrece exquisitos relieves que narran con todo lujo de detalles episodios marianos que tienen la ventaja de poder ser apreciados a corta distancia, a diferencia de la distanciación que ofrecería en una iglesia.

En esta sala también se encuentran dos obras excepcionales: el grupo de Santa Ana, la Virgen y el Niño del siglo XV, del inconfundible maestro Alejo de Vahía, y el grupo escultórico del Llanto sobre Cristo muerto de Felipe Bigarny, una joya representativa de la escuela renacentista burgalesa del siglo XVI.

Sala de Berruguete
Es la sala más espaciosa del museo y en ella aparece una importante colección de pintura sobre tabla realizada hacia 1495 por el palentino Pedro Berruguete y sus seguidores. Este pintor realizó todas estas pinturas después de su regreso de la corte de Urbino a Castilla en 1482. Unas representan sugestivas escenas que ponen de manifiesto sus conocimientos adquiridos en Italia, como el Nacimiento de la Virgen, la Presentación de María en el Templo, los Desposorios de la Virgen o la impresionante Crucifixión, junto a otras con un solo personaje sobre fondo dorado llenas de detalles virtuosistas, como la figura del Rey Esdrás, el Cristo Salvador del Mundo o la intimista Virgen de la Leche.

Detalle del Rey Esdrás. Pedro Berruguete, h. 1495
Junto a estas grandes obras maestras cuelga de los muros una espléndida colección de sus seguidores, como la magnífica serie de seis Profetas del Maestro de Támara procedentes de la iglesia de Santa Cecilia de Herrera de Valdecañas, las cuatro tablas del Maestro de Paredes, las tablas del retablo pintado por Alonso Nicoin de León y diversas tallas policromadas de los siglos XIV al XVI.

Sala del Renacimiento
En esta sala aparece una notable colección de pintura entre la que destaca la tabla de la Adoración de los Reyes Magos, de autor anónimo flamenco del siglo XVI, el San Jerónimo penitente de Luis de Morales, el magnífico Descendimiento del Maestro de Becerril, la Virgen con el Niño y San Juanito, tabla atribuida al gran maestro italiano Andrea del Sarto, el sufriente Ecce Homo de Jan Provost y el Cristo crucificado de Mateo Cerezo.

Sala de los Maestros de la Escuela Flamenca
En ella se presenta una colección de tablas góticas del siglo XV procedentes de la iglesia de Santa Columba de Villamediana, con escenas de Santa Eulalia y las delicadas escenas de la Anunciación y Santa Bárbara. Junto a ellas, otras del Maestro Alejo y del Maestro de Palanquinos, aunque la pintura más importante es el impresionante tríptico de San Martín del siglo XVI, atribuido a Jan Van Hermessen, con una escena de la Anunciación en sus puertas cerradas, otra de San Martín como tabla central y San Jerónimo penitente y la Misa de San Gregorio en los laterales.

Desposorios de la Virgen. Pedro Berruguete, h. 1495
Sala de los Maestros seguidores de Berruguete
 En esta sala se muestra una variada colección de pinturas realizadas en el siglo XVI por autores desconocidos, destacando la Asunción de la Virgen, San Cosme y San Damián, San Cristóbal y Santa Catalina. Junto a ellas el retablo de San Juan Bautista del siglo XVI, del Maestro de Támara, el retablo de San Juan Bautista, con esculturas de Juan de Villoldo, y el espectacular retablo del Descendimiento del escultor Manuel Álvarez, procedente de la iglesia de San Miguel de Piña de Campos.

Sala de Pintura Gótica
Aquí sorprende el retablo de las Santas Mártires, con pinturas del Maestro de Calzada realizadas a principios del XVI. A su lado la escena de la Circuncisión, de Juan de Villoldo, las tablas de la Anunciación, el Nacimiento y la Adoración de los Reyes, de Jerónimo de Amberes, y un frontal de altar bordado en la escuela palentina de bordadores del siglo XVI.


Virgen de la Leche. Pedro Berruguete, h. 1498
Sala de Ornamentos Sagrados
   Junto a vitrinas que guardan indumentaria litúrgica, bordada en los siglos XVI y XVII, aparecen los retablos de San Martín, procedente de Rabanal de los Caballeros, y Santa Eulalia, recogido en Paredes de Nava, ambos del siglo XVI y con muestras de pintura y escultura.

Sala de Escultura Románica
A lo largo de los muros aparecen distintas esculturas de crucificados y vírgenes sedentes de los siglos XIII y XIV procedentes de diferentes poblaciones palentinas. A su lado las imágenes de San Juan Bautista y San Sebastián, de Alejo de Vahía, y el precioso relieve de San Joaquín, Santa Ana y la Virgen procedente de la iglesia de San Martín de Hijosa de Boedo.

Sala de la Escuela Castellana
Junto al retablo de San Martín del siglo XVI aparece una nutrida colección escultórica que incluye el grupo del Llanto sobre Cristo muerto, del taller de Francisco de Colonia, el grupo de Santa Ana, la Virgen y el Niño, anónimo del siglo XVI, y un variado santoral de época barroca.

Profeta Daniel. Maestro de Támara, principios del XVI
Salas de Orfebrería
Por diferentes salas se distribuyen vitrinas con obras de pequeño formato realizadas en alabastro, marfil, esmalte, diferentes metales, pintura sobre cristal, pintura sobre papel, arquetas y vasos sagrados. De la iglesia de Villerías de Campos proceden los relieves italianos esculpidos en alabastro en el siglo XVI con distintos episodios de la vida de Cristo. Magnífico es el portapaz tallado en el círculo de Diego de Siloé con el relieve el alabastro de la Virgen con el Niño. Entre las piezas de orfebrería destaca una selecta colección de cruces procesionales góticas y la figura de la Virgen con el Niño realizada en cobre dorado y esmaltes en los talleres de Limoges en el siglo XIII. Una interminable cantidad de relicarios, arquetas, incensarios, navetas, cetros, custodias, etc., se distribuyen por las vitrinas junto a las que aparecen numerosas tallas y pinturas de diferentes épocas.

Capilla del Palacio Episcopal
 Constituye un espacio singular por mostrar en toda su pureza el concepto decorativo a principios del siglo XX. Toda ella está recubierta de pinturas murales que le dan un aspecto grandioso, incluyendo zócalos que simulan mármoles, con escenas que sintetizan la Historia de la Salvación. Las coloristas pinturas fueron realizadas en 1910 por M. Lantada. En las salas del Palacio Episcopal se conservan singulares colecciones de pintura barroca del siglo XVIII, como la que representa a las doce Sibilas, trece pinturas de la escuela madrileña con escenas de la Vida de Cristo entre orlas de flores y los doce lienzos de un Apostolado procedente del Seminario Menor diocesano.

Detalle Santa Eulalia. Maestro de Villamediana, principios siglo XV

HORARIO DE VISITAS:
De septiembre a junio: 10,30 y 11,30 h. (las visitas son guiadas)/ Tardes previa petición.
Meses de julio y agosto: de 10,30 a 13,30 h. y de 16,30 a 19,30 h.
Visitas concertadas: Tel 979 706 913 / Correo arte@diocesispalencia.org
 

PRECIO ENTRADA:
General 4 €.
Reducida (grupos mínimo 8 personas) 2 €.






Detalle Santa Bárbara. Maestro de Villamediana, principios siglo XV

















Tríptico de San Martín. Jan Van Hermessen, s. XVI

















Descendimiento. Maestro de Becerril, s. XVI






















Descendimiento. Manuel Álvarez, s. XVI






















San Cosme y San Damián. Anónimo, s. XVI

















Virgen con el Niño. Talleres de Limoges, s. XIII

















Sala IV - Maestros de la Escuela Flamenca

















Sala VII - Pintura Gótica

















Sala X - Escuela Castellana
















Capilla del Palacio Episcopal. M. Lantada, 1910















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