1 de septiembre de 2011

Fastiginia: Desfile de carrozas en los años 60, una "partydance" paniaguada


Estampas y recuerdos de Valladolid


     Corrían los tan recurrentes años 60 y Valladolid, recogiendo la tradición de la antigua fiesta de la vendimia, celebraba en torno a cada 21 de septiembre las Ferias y Fiestas de San Mateo. La ciudad estaba comenzando su despegue económico e industrial, su expansión demográfica y su total transformación urbana en un proceso lleno de luces y sombras.

     En pocos años Valladolid ya se sentía una ciudad importante creyendo que la modernidad era aquello: nuevas barriadas masificadas, un incremento de automóviles por las calles que convertía las plazas en disputados aparcamientos, apertura de discotecas donde sonaba música anglosajona que bailaban los "yeyés", una Semana Internacional de Cine Religioso y de Valores Humanos, una Feria de Muestras, ... ¡la pera!

     Valladolid comenzó a mirarse el ombligo y el Ayuntamiento incrementó los festejos otoñales de tal manera que el Real de la Feria del Paseo de las Moreras llegó a ser insuficiente para albergar el número de atracciones, por lo que fue trasladado en 1969 a la Cañada de Puente Duero, remodelada para tal efecto. Por entonces los vallisoletanos ya podían elegir entre los gorgoritos de la Coral Vallisoletana o los ritmos del Dúo Dinámico o Los Brincos en la Pérgola. 

     Entre los actos más vistosos de aquellas fiestas estaba el desfile de carrozas que recorría las calles más céntricas de la ciudad con representación en las mismas de la Reina de las Fiestas y sus damas de honor, elegidas por los munícipes todos sabemos de qué manera. Para dar boato y solemnidad a aquel desfile incluso participaba la guardia municipal con sus trajes de gala, siendo muy llamativos sus cascos con plumas que los menos informados podrían pensar habían arrancado a los patos del Campo Grande. Sobre las carrozas guapas y recatadas señoritas dispensaban serpentinas procurando no estropear sus moños cardados en el esfuerzo. Como ilustra la fotografía, tomada en los años 60, la ciudad se homenajeaba a sí misma en una carroza que reproducía la popular Fuente del Cisne de la Pérgola del Campo Grande.

     Habría de transcurrir entera la década de los 70 para que todo cambiase por completo y los nuevos aires pusieran al descubierto que estaba todo por hacer. El año 2000 las fiestas comenzaron a celebrarse en honor de la Virgen de San Lorenzo (8 de septiembre) y entre las actividades festivas se incluyó el desfile musical de la "Partydance". Y aunque en sus espectaculares carrozas sonasen los ritmos discotequeros más "cañeros" y las chicas apareciesen mostrando "cacho", como podemos comprobar ya estaba todo inventado.

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