26 de junio de 2010

Visita virtual: ESTATUA ECUESTRE DE MARCO AURELIO, máximo signo de poder y grandeza



EL EMPERADOR MARCO AURELIO A CABALLO
Autor desconocido
166 d. C.
Bronce sobredorado
Museo Capitolino (original)-Plaza del Campidoglio (copia), Roma
Escultura romana

PERIPECIAS DE LA ESCULTURA

     Durante el Imperio Romano existieron múltiples esculturas ecuestres de emperadores realizadas en bronce, aunque solamente una ha llegado hasta nosotros, la que representa al emperador Marco Aurelio (121-180), una obra maestra de la que se sabe que desde el siglo X se levantaba frente al Palacio de Letrán de Roma, lugar donde se hallaba la casa natal del emperador, perteneciente a su abuelo M. Annio Vero, natural de Espejo (Córdoba) y tres veces cónsul. Allí permaneció hasta 1538, cuando fue trasladada y colocada por Miguel Ángel como motivo central de la remodelada Plaza del Capitolio de Roma, uno de sus mejores trabajos urbanísticos, diseñando para su colocación un nuevo pedestal que fue colocado ante el edificio del Ayuntamiento de Roma.

     Y fue una suerte de que así lo hiciera, porque una serie de intereses habían acabado con todas las existentes. Ya desde tiempos tardíos del Imperio algunas fueron reconvertidas en nuevas estatuas, pero fue a partir de la implantación de la religión cristiana y durante la época medieval cuando en Roma se destruyeron todos los retratos broncíneos de emperadores por ser considerados ídolos paganos, convirtiéndose en práctica habitual el fundir las viejas estatuas públicas de bronce para acuñar moneda. Curiosamente la única superviviente de época pre-cristiana fue esta, que por no mostrar ningún elemento militar venía siendo considerada tradicionalmente como un retrato de Constantino el Grande, el emperador que implantó el cristianismo como religión oficial del Imperio.

     A raíz del atentado sufrido por el Ayuntamiento de Roma en 1979 y de los males sufridos por la escultura debido a las inclemencias del tiempo, el bronce ecuestre original fue preservado en el interior del llamado Palacio de los Conservadores, de los Museos Capitolinos, después de un proceso de consolidación y limpieza que duró nueve años, siendo colocada en la plaza en 1981, sobre el pedestal miguelangelesco, una réplica milimétrica elaborada con sofisticados procedimientos actuales (ilustraciones 5 a 7), operación que tuvo muchos detractores por ser considerada la obra como un emblema de la ciudad.

     También se remodeló en propio museo, donde el arquitecto Carlo Aymonino creó para su exposición una grandiosa sala especial, en el llamado Jardín Romano, que está iluminada con luz natural y deja visibles restos del templo de Júpiter Capitolino (ilustración 2), en la que junto a Marco Aurelio se exhiben fragmentos de otros bronces de época imperial, como la cabeza colosal del emperador Constantino.

LA ESTATUA ECUESTRE DEL EMPERADOR FILÓSOFO

     La escultura está formada por un jinete y un caballo fundidos en bronce en tamaño superior al natural, alcanzando cerca de 3 metros de altura y con un acabado sobredorado al fuego. En un deseo de resaltar el poder y la grandeza divina, Marco Aurelio aparece victorioso en alusión a las conquistas de sus campañas. Pero su figura no aparece representada como un príncipe coronado ni como un militar poderoso, sino como un hombre un tanto fatigado y como un filósofo estoico desilusionado que hace un gesto de paz. No lleva armas ni armadura y monta sin estribos, aperos que en su tiempo no habían sido introducidos en el mundo occidental. Viste una túnica corta, el paludamentum o capa roja de los generales, que se desliza por los lomos del caballo, y botas de patricio. Tiene la cabeza erguida, con la mirada dirigida al frente y saluda con el brazo ligeramente extendido.

     Su rostro ofrece un trabajo de retrato propio del periodo antonino, cuando la retratística seguía las pautas de la escultura helenística. Muestra una cabeza con una voluminosa cabellera de rizos y barba poblada y larga, con un gesto grave y una mirada penetrante producida por el efecto de las pupilas incisas. Es una figura sin la tensión habitual en este tipo de estatuas que sólo pretende mostrar la imagen del emperador con rigor y veracidad, con una caracterización anímica en la que destaca el trasfondo moral y la nobleza del personaje, aunque mantiene cierta idealización física.

     El caballo es corpulento y está dotado de una montura muy ajustada, aunque no empequeñece la escala de Marco Aurelio, como ocurrirá después con los modelos renacentistas, ya que en este caso el personaje está agrandado y las piernas del jinete sobresalen por debajo del vientre del animal. El caballo está representado con un gran realismo y adquiere un extraordinario movimiento al tener la cabeza ligeramente ladeada y levantada la pata delantera derecha, mientras una de las traseras roza levemente el suelo con el casco. El movimiento de la pata delantera, que plantea un problema técnico de contrapesos, después sería concebido como prototipo de elegancia, aunque en este caso fue realizado para colocar debajo la figura de un bárbaro atado y pisoteado que no se ha conservado, figura que aparece descrita en la "Mirabilia Urbis Romae", una suerte de guía medieval de la ciudad de Roma, y en algunas representaciones en monedas de otras estatuas, donde la pata se apoya en un vencido.

     Marco Aurelio, que ejerció el cargo de emperador entre 161 y 180, no tenía vocación por las armas, al contrario, su carácter era pacífico, melancólico y humanitario, con gran afición por los temas filosóficos y partidario de la paz. Sin embargo esta actitud, que también había sido adoptada por sus dos predecesores, fue interpretada por los bárbaros como signo de debilidad, por lo que no tardaron en promover un ataque. Al conocer la muerte de Antonino Pío, los partos fueron los primeros en poner a prueba a los emperadores, lo que motivó de Marco Aurelio, un pacífico estadista, pasara la mayor parte de su gobierno en el campo de batalla.

     Los partos se apoderaron de Capadocia y después ocuparon Siria, pero después de un contraataque liderado por Lucio Vero recuperó su libertad Armenia y los invasores fueron expulsados de Siria. Al año siguiente, en terrenos de Mesopotamia, cayeron en poder de Roma dos importantes ciudades de los partos, Seleucia de Tigris y Ctesifonte. Estos triunfos fueron celebrados en Roma por Lucio Vero y Marco Aurelio el 15 de agosto de 166, motivo que parece ser motivó la realización del monumento ecuestre.

     Esta escultura se convirtió durante el Quattrocento italiano en el referente formal y técnico para representar a los líderes militares con su mayor dignidad, tal y como experimentó Andrea del Verrocchio en su célebre Colleone (Venecia), y Donatello en el Gattamelata (Padua), ambas estatuas ecuestres dedicadas a condottieros en las que los maestros renacentistas recuperaron los modelos de la antigüedad y crearon prototipos que después serían importados por muchos países europeos para la representación de sus monarcas.


La imagen ecuestre de Marco Aurelio, convertida en un símbolo nacional, aparece en las monedas italianas de 50 céntimos de euro, según diseño de Roberto Mauri. Una copia fiel de la estatua fue realizada en 1908 y aún aparece colocada en el campus de la Brown University de Estados Unidos.

Informe : J. M. Travieso.
Fotografías 1, 3 y 4 de Mar Fernández Trejo.
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5 comentarios:

  1. hola; muy interesante info; me ha ayudado mucho, gracias

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  2. Es un comentario bastante trabajado y me ha servido de modelo para realizar trabajos. Gracias

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  3. Me ha encantado!!!! muchisimas gracias! me ha ayudado muchisimo en los trabajos de historia del arte del instituto!

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  4. Muchas gracias por el post. Me ha servido de gran ayuda para realizar un trabajo sobre la escultura. Saludos desde Murcia.

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