13 de julio de 2009

Monumentos singulares: LA MEZQUITA OMEYA DE DAMASCO, Siria



La mezquita Omeya de la ciudad de Damasco es uno de los monumentos más importantes del comienzo de la época islámica. El lugar donde se alza la mezquita ha sido sagrado desde el II milenio a.C., cuando se rendía culto al dios semítico Hadad, pero tuvo su gran apogeo durante el período romano, época en la que la deidad fue asimilada al dios romano Júpiter. El templo constaba de un gran recinto con una cámara central y un altar para los sacrificios. Al adoptarse el cristianismo como religión imperial, el templo fue transformado en una iglesia cristiana dedicada a San Juan Bautista. En el año 379, el emperador español Teodosio ordenó la destrucción del interior del santuario.


Con la toma de Damasco por los árabes en el año 636 la población cristiana fue autorizada a seguir utilizando las iglesias y al menos, durante los primeros setenta años, la iglesia de San Juan Bautista se mantuvo como su principal lugar de culto. Sin embargo, el gran terreno de la iglesia era compartido por los fieles musulmanes, quienes venían a rezar al muro sur, ya que está orientado en dirección a La Meca.



Los trabajos de construcción de la mezquita, comenzaron en el año 708 y terminaron en el 715. El califa utilizó los mejores artesanos sirios para realizar los mosaicos que caracterizan su decoraciçon, de los que subsisten unos pocos.

La mezquita consta de un gran patio rodeado por una columnata con estilos de varios períodos, desde el romano al árabe. La sala de oraciones fue construida según el modelo de la que se halla en la casa del profeta en Medina.

El muro oeste mide alrededor de 100 metros. Los grandes bloques de la parte baja muestran el refinamiento de la época romana. Los arcos altos del muro indican la reconstrucción llevada a cabo por los árabes, la torre de la esquina suroeste es un trabajo del período mameluco. En el vestíbulo de la puerta de entrada se pueden apreciar algunos restos de su primera construcción, los dibujos del techo de madera, que datan del siglo XV. Sobre las partes altas de las paredes y sobre el pórtico oeste, los restos de mosaicos de los primeros períodos de la construcción de la mezquita, posiblemente de artesanos bizantinos.



La gran puerta de Bab El Barid está decorada con paneles de bronce y según una inscripción data del año 1416. El gran patio tiene unas medidas que se aproximan a los 50 metros por 122. Destacar la cúpula octogonal conocida la cúpula del tesoro, construida en diseño que se levanta sobre un grupo de ocho columnas rematadas con capiteles corintios. Los mosaicos posiblemente sean de la época abbasí. Los dibujos en paredes, arcadas, arcos y pórticos altos son un tributo a la vitalidad de la síntesis omeya, no recurre a la figura humana para otorgar dramatismo o énfasis en su composición. Los mosaicos representan arboledas, huertos, campos, ciudades, ríos, palacios, etc., y crean un universo de fantasía. Durante varias generaciones, estos mosaicos han sido para muchos viajeros la visión coránica del Paraíso.

Los alminares que rodean el patio, en la esquina suroeste, se encuentra el alminar Madhanat Al Garbiya, construido en 1488 en tiempos del sultán mameluco Qait Bey, al estilo egipcio; en la esquina sureste se halla el alminar más alto, conocido como la torre de Jesús o Madhanat Aissa. Fue edificado en 1247 en el lugar que ocupaba una construcción omeya, pero la parte más alta pertenece a los otomanos.





Sobre la mitad de la pared norte se levanta al alminar de la Novia a Madhanat Al Arus. La parte más baja data del siglo IX pero la estructura de la parte alta es de fines del siglo XII. Al final de las partes este y oeste del patio hay una serie de pequeñas habitaciones, que datan de la época romana. La habitación más grande al norte de la entrada este lleva al interior de la sala, la cual se ha convertido en el lugar chiíta más importante de peregrinación (Mashhad Al Hussein).


La sala de oraciones se localiza en el lado sur de la mezquita. El diseño del mihrab fue una adaptación omeya de varios elementos que también pueden encontrarse en las tradiciones mediterráneas y orientales. Un monumento de mármol conmemora el lugar donde supuestamente se enterró la cabeza de San Juan Bautista.
Al salir de la mezquita por el lado sur de la sala de oraciones, se aprecia que todas las ventanas están a una altura considerable, alrededor de ocho metros. Esto es debido a que la muralla romana, anterior a la mezquita, se mantuvo intacta, de manera que para conservarla fue necesario construir las ventanas de la mezquita por encima de ellas.

En época romana la monumental entrada de la Puerta de la Fuente (Bab al-Nafurah) estuvo precedida por un impresionante propileo de 33 metros de ancho.

Informe y fotografías: Jesús Santos
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